Café Flat White
El Flat White se prepara con dos shots de espresso recién hecho, que se vierten en una taza. Luego, se texturiza la leche al vapor para crear una espuma fina y aterciopelada. (Image Freepik)
Sumérgirse en el mundo del Flat White, un oasis sensorial que rompe con lo tradicional. Su textura aterciopelada y sabor intenso lo transportaran a una experiencia única y envolvente, donde cada sorbo es un viaje sensorial que despierta los sentidos y le invita a disfrutar el momento.
El Flat White se prepara con dos shots de espresso recién hecho, que se vierten en una taza. Luego, se texturiza la leche al vapor para crear una espuma fina y aterciopelada. La leche se vierte cuidadosamente sobre el espresso, permitiendo que la espuma se asiente en la parte superior para crear una capa fina y uniforme. Esto resulta en una fusión perfecta entre leche microespumada y café, ofreciendo un toque de dulzura que le lleva a un estado de puro deleite. Cada sorbo es una explosión de sabores que te transporta al disfrute, al placer de disfrutar de una buena taza de café.
Más que una bebida, una experiencia sensorial que cautiva los sentidos. Su espuma fina y sabor intenso le invitan a disfrutar cada sorbo, despertando un placer que llena de energía y nos prepara para enfrentar el día con una sonrisa.
Aunque su origen se debate entre Australia y Nueva Zelanda, el Flat White se ha convertido en un fenómeno global, adorado en cafeterías de todo el mundo.
Su legado continúa como un ícono cultural, reflejando la pasión por el café y la búsqueda de experiencias excepcionales. Su popularidad en ascenso es un testimonio de su sabor excepcional y la experiencia que ofrece.